La caza ha sido otra víctima del Covid. El encierro de los cazadores y la actividad agrícola han incidido en las poblaciones de perdiz de manera determinante. Aquí analizamos el por qué y el estado actual de estas poblaciones. En febrero de 2020, recién acabada la temporada de 2019, poco antes del confinamiento, había quedado una gran cantidad de reproductores de perdiz silvestre en el campo y, sin embargo, los potenciales progenitores que debían haberse multiplicado como era lo previsible, no resultó así, y en muchas de las zonas muy perdiceras se echó en falta su esperada abundancia al llegar el verano, sobre todo en el caso de las nutridas polladas.
Esas inusuales circunstancias pudieran atribuirse únicamente a la activad agrícola por estar las demás prohibidas y con la gente campera cerrada a cal y canto en casa.
Además, fueron muchos cazadores los que por el confinamiento provincial o autonómico no pudieron ejercer la práctica cinegética en sus respectivos cotos, quedándose reducida a la actividad a los cazadores locales.
De todo ello trataremos en este documental que hemos titulado “La pandemia ha limitado a los cazadores de menor”.