En primer lugar, acompañaremos a una familia durante una jornada cinegética veraniega con los conejos como objetivo, y la inestimable ayuda de los fieles podencos. Tras unos buenos lances y una parada para reponer fuerzas, volveremos a ponernos en marcha. Esta vez, abatiremos palomas y tórtolas desde puesto fijo. Esperamos que al final de este caluroso día en tierras andaluzas, el esfuerzo haya valido la pena.