Las templadas y luminosas noches de verano con luna llena son el momento perfecto para intentar abatir un buen trofeo de cochino. En las esperas de jabalí el disparo solo es el punto final a una larga y minuciosa labor previa que marcará la diferencia entre el éxito o el fracaso. La búsqueda de las querencias, el cebado previo, la preparación del puesto, la entrada al mismo antes de caer la noche, la calidad del equipo y, sobre todo, la paciencia. De todos esos detalles depende el resultado de la velada.
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El rey de la montaña
A más de 2.000 metros de altitud la caza del sarrio pirenaico es todo un desafío para el cazador. En la frontera entre Francia y España nos espera el rey de la alta montaña, en un paisaje de abrumadora belleza. Esta caza supone un auténtico reto para el cazador que, además de tener habilidad con ...